Una familia de ratones habitaba en la despensa de una casa, en la casa también habitaba un enorme gato que día y noche los vigilaba, los ratones muy poco salían de la despensa ya que le tenían mucho miedo al gato.
Hasta que llegó el día, los ratones decidieron ponerle fin al problema, convocaron una asamblea a petición del jefe de los ratones que era el más viejo. El jefe de los ratones se pronunció a los presentes:
Los he reunido para buscarle fin a este problema, no podemos seguir viviendo así, esto es invivible.
¡Quiero opinar! -dijo un asistente a la asamblea- Vamos a ponerle un cascabel al gato y así todos sabremos por dónde camina el enemigo.
Esa interesante propuesta fue aceptada por todos en la asamblea entre aplausos y felicidad, ellos pensaron que con el cascabel estarían a salvo, porque su sonido avisaría la llegada del gato.
¡Silencio! -dice el jefe de los ratones, para luego opinar- Falta algo muy importante. ¿Quién de todos le va a colocar el cascabel al gato?
Al escuchar eso los ratones se quedaron en silencio, ya que no podían contestar esa pregunta. Corrieron inmediatamente a sus cuevas muy triste, con hambre y sin ninguna solución.
Moraleja:
es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
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