Según la
tradición oral, en la barra de Santiago vivió un ricachón de nombre Pachacutec,
el cual tenía comprometida a su hija Chasca con un príncipe de una tribu local.
Chasca, sin embargo, tenía su corazón entregado a un joven pescador de nombre Ayacetl. Ella le veía a escondidas de su padre en la playa; adonde él, además, le cantaba dulces canciones desde su balsa.
Un día nefasto, alguien disparó una flecha a Ayacetl mientras regresaba de la pesca. Un enviado de Pachacutec fue el asesino. A lo lejos Chasca observó el crimen y gritó con horror. Chasca tomó la decisión de acompañar a su amado en la muerte. Amarró una piedra a su cintura y se lanzó al agua.
Al morir Pachacutec en una noche de luna, Chasca apareció por vez primera en una canoa blanca al lado de Ayacetl, y lo hace desde entonces.
Comentario Personal: Esta quizás es de las leyendas más desconocidas de El Salvador, solamente la escuche una vez cuando estaba en el colegio y no creo q muchas personas la hayan escuchado.
4 comments
Lan leo por primera vez y no se es de el salvador wuao nunca la e escuchado
Si es de el salvador yo siendo salvadoreña es la típica leyenda que te cuentan cuando eres niño o niña cómo un cuento e incluso te lo cuentan todas las abuelitas y lo oyes mucho en la escuela
Soy salvadoreña por cierto
Es mi de mis leyendas favoritas o escuché cuando iba a 2o por primera vez
Desde la primera vez que leí sobre esta leyenda (cuando era una niña) no pude olvidar el nombre de Chasca, la virgen del agua, sin duda una de mis leyendas favoritas pero poco conocida aún hoy día, gracias por compartirla.
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